
Cocinar Rosquillas de Anís para Semana Santa
Se acerca la Semana Santa y en muchos puntos de España ya es un clásico cocinar platos típicos y especiales para estas fechas tan señaladas.
Una de las recetas más importantes de estos días son las rosquillas de anís, un dulce muy especial y realizado con mucho mimo que, sin duda, ha pasado de generación en generación.
Esta vez, desde El Vesubio hemos querido rescatar la receta de nuestra amiga Silvia del blog de Mil Ideas Mil Proyectos, esperamos que os gusten y os animéis a cocinar.
Elaboración:
En primer lugar pelaremos la naranja con cuidado de que sea solo la parte naranja, pelándola con un pela patatas.
En una sarten ponemos el aceite al fuego junto con la piel de la naranja y dejamos que el aceite coja el aroma de la naranja, para lo cual lo dejaremos a fuego lento durante unos minutos. A continuación lo retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Exprimimos el zumo de la naranja y reservamos. Rallamos la piel del limón y reservamos.
En una batidora de varillas ponemos los huevos y el azúcar y batimos a media velocidad, hasta que se convierta en una crema que habrá crecido.
Añadimos a la crema el zumo de la naranja, el anís, el aceite, la piel del limón y la pizca de sal, continuamos batiendo con la varilla y a continuación cambiamos a la varilla de amasar y vamos añadiendo la harina junto con la Soda El Vesubio, primero la mitad de ella y luego poco a poco el resto.
Nos quedara una masa pegajosa, pero para poder trabajarla no hay nada como untarse las manos con aceite, dejamos reposar durante unos 10 o 15 minutos y ahora vamos a darle forma a las rosquillas.
Hacemos pequeñas bolas y las vamos dejando en una lamina de papel de hornear, cuando ya tenemos todas las bolas, vamos cogiendo de dos en dos una de ellas la untaremos con un poco de agua y luego encima ponemos la otra, introducimos en el centro el dedo gordo de la mano, que no del pie y hacemos el agujero y estiramos bien el agujero, porque al freír encogerá.
Cuando ya tenemos todas las rosquillas listas, ponemos una sartén con abundante aceite, a ser posible de oliva, que era con lo que cocinaban nuestras abuelas, esperamos que se caliente y vamos echando las rosquillas, primero las freiremos por un lado y luego les daremos la vuelta.
Cuando ya estan bien doraditas las ponemos en una fuente con papel de cocina, para que el exceso de grasa escurra.
En un bol hacemos una mezcla de azúcar y canela y cuando las rosquillas están frías, las pasamos por esta mezcla sin escatimar.
MAR