
Cepillo de dientes y bicarbonato, el secreto para llegar a todos los rincones de la casa
Los cepillos de dientes viejos se emplean cada vez más como utensilios de limpieza, sobretodo para acceder a esos rinconcitos de la casa que son muy complicados de limpiar con una simple bayeta.
Bisagras y la parte interior del marco de puertas y ventanas, huecos detrás de las lámparas de techo, el aparato de aire acondicionado o la calefacción… en definitiva, todas esas zonas de difícil acceso para un simple dedo, podemos limpiarlas con el cepillo de dientes y productos de limpieza.
El cepillo de dientes eléctrico es muy parecido, pero nos atrevemos a afirmar que es aún mejor. Es importante no tirar los cabezales usados del cepillo eléctrico, pues son los que emplearemos para limpiar los rinconcitos de la casa.
Muchos pensarán ¿pero no os parece poco higiénico emplear el cepillo eléctrico que utilizamos a diario para nuestros dientes?
No hay que preocuparse por eso: solamente hay que meter el mango del cepillo en una bolsa de plástico hasta la altura en la que comienza el cabezal viejo que hemos colocado en el mismo. Apretando el botón de encendido y apagado a través de la bolsa, lo único que se ensuciará será el cabezal viejo. Los movimientos del cepillo eléctrico ayudarán a que la suciedad salga más fácilmente, pero si alguien es especialmente maniático puede emplear un cepillo de dientes de los de toda la vida.
Ahora vamos con la fórmula más ecológica y eficaz para que la suciedad de hendiduras y rincones salga fácilmente: humedeciendo el bicarbonato El Vesubio con un poco de vinagre blanco,y gracias a la rotación y movimientos de nuestro cepillo eléctrico, notaremos la eficacia de este truco de inmediato.
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FEB